lunes, 9 de julio de 2012

‘Teletuiteo’, otra forma de ver TV

¿Tiene teléfono inteligente o tableta electrónica y se sienta a ver un programa de TV mientras revisa o comenta a través de alguna red social? Si su respuesta es positiva, piense que está dentro del grupo de personas que ejecuta una tendencia en aumento que bien se podría denominar “teletuiteo”.

Si su respuesta es negativa, no se preocupe, pronto será común tener televidentes activos que usan las redes sociales para manifestar una nueva forma de ver televisión. 

Los expertos le llaman “televisión social”, que no es otra cosa que la relación entre televisión y redes sociales que se expresa cuando los espectadores de cualquier evento televisivo emiten sus comentarios a través de plataformas como Twitter o Facebook. 

Mediciones realizadas por la plataforma Trendrr.tv señala que en Estados Unidos, Twitter concentró el 69% de los comentarios televisivos, en tanto que Facebook un modesto 15%.

Ese cambio de comportamiento hace la diferencia entre un televidente pasivo –receptor de programas– y uno activo, que cuestiona, comenta, opina y, sobre todo, exige.

Los canales empiezan a tomar nota de unos televidentes/clientes/usuarios que demandan productos. 

Estudios realizados en Estados Unidos por la firma Nielsen advierten que por cada 9% de aumento del número de mensajes, sube un punto la audiencia de un programa. El crecimiento de mensajes en las redes sociales ya va en el orden del 194% anual. 

La retroalimentación empieza a caminar en doble vía. La cadena estadounidense HBO preguntó a través de Twitter a sus espectadores la forma en que podría concluir la serie Dr. House. También creó su propia red social y alianzas con páginas de internet para que los televidentes puedan interactuar mientras se emite la serie Juego de tronos como estrategia para enganchar audiencia y conseguir información relevante sobre gustos y desaciertos de los episodios. 

En el país ese ejercicio televisivo se produce lentamente. En el penúltimo reality de Ecuavisa, ‘Ecuador tiene talento’, los comentarios sobre las valoraciones de los jueces pudo ser determinante para que el jurado, en los programas finales, emitiera explicaciones más adecuadas de los méritos de los concursantes.

Por lo pronto, cualquier evento televisado tiene su réplica en Twitter. 

Los estaciones afinan mecanismos para conseguir audiencia a través de la red. Mensajes, avances y anuncios de programación estelar empiezan a circular en Twitter. 

Motivados por el impulso o el primer impacto de lo que ven los espectadores, el sentido del humor se desata casi inmediatamente que se transmite un acontecimiento deportivo, un partido de fútbol o un programa con alta audiencia. 

El domingo pasado los televidentes opinaron sobre el reality concurso de Ecuavisa. A pesar de que la estación creó la etiqueta #QuiénQuiereSerMillonarioAltaTensión, los hashtag que dominaron fueron #QQSM y #PreguntandocomoEstefaniEspin. 

La descarga de nostalgia por la ausencia de Alfonso Espinosa de los Monteros vino de la mano con el cuestionamiento a la sencillez de las preguntas, lo que transformado en ironía se podía leer en frases como: “¿Qué cámara se incendió? a) la de fotos, b) la secreta, c) ninguna, d) todas las anteriores”. “Camarón que se duerme se lo lleva a) la corriente, b) el tsunami, c) el tornado, d) el marisquero”.

No solo humor se transmite en mensajes, la política siempre está presente. Comentarios cargados de intencionalidad política se emiten de lunes a viernes, sobre todo, luego de las entrevistas matutinas. 

Afectos, desafectos e ideología se puede leer a diario proveniente no solo de televidentes sino también de activistas políticos que ejercen su función dentro de las redes sociales. 

La pregunta es, ¿en qué nos aporta esta nueva forma de ver televisión? Lo primero es la capacidad de los telespectadores para pronunciarse directamente y sin intermediarios sobre lo que ven. Esa interacción obligará a las televisoras, más temprano que tarde, a escuchar al público. 

Por supuesto que el modelo de negocio tendrá que cambiar. Se avecina un mundo en donde la publicidad cuenta con más información y más plataformas para posicionar sus productos. 

Tecnología y participación no es todo. La TV debe innovarse, adecuarse a la nueva realidad y mejorar su programación. 

Ojalá que el poder del televidente apretando el control remoto para cambiar de canal, y ahora con mensajes en redes sociales sirva para exigir programación de calidad en nuestra televisión.

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